Esta mañana estaba pensando en contaros acerca de un artículo «interesante». He comenzado a teclear tic, tic, tic… cuando de repente he parado en seco. ¿Interesante? ¿Acaso no sé recomendar artículos de otra forma que no sea decir «interesante»? Lo son, en efecto, pero me ha fastidiado mi parquedad de palabra y falta de recursos. De modo que, he dejado lo que estaba haciendo y me he puesto a buscar sinónimos y la siguiente nube de etiquetas resume lo que he encontrado:
Este mismo espíritu autocrítico debemos aplicarlo cada día como vendedores. Vendedores de productos, vendedores de ideas. Cuando queramos transmitir algo a los demás. A veces, configurar un buen mensaje es complicado y estamos tan contentos de nuestro nuevo y brillante argumento que nos olvidamos de que todo en la empresa es mejorable cada día.
Busca nuevas formas, ejemplos, casos reales que contar a tus interlocutores. Si te aprendes de carrerilla lo que se dice en tu web…¿Qué valor aportas tú?
Además, muchas veces, intentando mejorar y aprendiendo continuamente, te pasa que aprendes otras muchas cosas que te llenan, te atraen porque son divertidas y te complementan. Por ejemplo, yo hoy me he divertido aprendiendo a hacer nubes de etiquetas 🙂
