Un hábito es aquello que haces sistemáticamente o de forma diaria. En ventas, tener buenos hábitos puede hacerte la vida más fácil. Prueba a hacer cada día una reunión breve de 30 minutos con tu equipo de ventas.
La respuesta natural de tu equipo, será oponerse. Pasada una semana, tus vendedores empezarán a ver estas sesiones con otros ojos, como la oportunidad de convertirse en vendedores profesionales. Y, probablemente, aún más importante para ellos será que esto les puede hacer ganar más dinero. Y no olvidemos que el dinero, junto a una dosis de reconocimiento, la autorrealización y el sentimiento de pertenencia son la base para motivar, atraer y conservar a los buenos vendedores en tu equipo.
Ser muy bueno en algo implica disciplina, esfuerzo, paciencia y humildad. Tweetme! Muchos vendedores tienen talento, pero si tu eres el líder de tu equipo de ventas, es tu labor ayudarles a desarrollar todo su potencial y superar aquello que hace que no sean los mejores.
Para mejorar tus ventas, orienta tus reuniones a “pensar como un vendedor” y el éxito vendrá poco a poco. Tweetme! Hay muchas cosas que aprender para logra
r un verdadero éxito en ventas para cualquier tamaño de organización. Para llevar a cabo este “entrenamiento” diario debes tener en cuenta tres puntos básicos:
- Respaldo de la Dirección/Gerencia. El CEO de la empresa debe valorar y apoyar este ritual diario.
- Tener un plan. Prepara cada reunión, un guión por escrito de lo que quieres tratar. Por supuesto, también te ocuparán parte de tiempo, la resolución de incidencias, brainstormings, reportes de éxitos y fracasos, y “hacer piña” con tu equipo. Pero, si tu equipo piensa que estás improvisando sobre la marcha, algo que un responsable de ventas no debe hacer desde ninguna perspectiva, no estarás consiguiendo el mejor resultado.
- Todos participan. Sin necesidad de ser un moderador de la reunión, debes asegurarte de mantener los egos a raya y que todas las ideas sean expuestas.
El secreto para que esta forma de trabajar te lleve a mejorar tus resultados no es sino la regularidad: repetir y aprender cada día, revisar y practicar. Cuando te centras en el arte y la ciencia de vender, aunque sea sólo 30 minutos al día, comenzarás a pensar como un vendedor. Tweetme! Una vez que lo consigues, el resto viene sólo.
¿Con qué frecuencia te reúnes con tu equipo de ventas? ¿Nunca, trimestralmente, una vez al mes, a la semana? Prueba esta forma de trabajar y verás como funciona, y sobre todo, cuéntanoslo!