De pequeña me gustaba que hubiera Elecciones porque así yo podía tener sobres de colores para jugar «a los carteros» durante un mes.
Ahora, preocupada por la ingente cantidad de papel que se desperdicia, me dedico a deshacer sobres, cartas a los electores y papeletas en trozos medianamente cuadrados y reciclarlos para hacer la lista de la compra.
Justo eso hice esta semana, un par de días después de las Elecciones Andaluzas 2015. Cogí todos los sobres que había en casa (a mi atención y a la del resto de mi familia), los abrí y con paciencia me dediqué a desguazarlos. Tenía de todos los partidos. Comencé por los sobres de la bandera andaluza -simbolismo puro- de Susana Díaz. Saqué la carta y me detuve un momento: la carta que había recibido mi madre no era la misma que recibí yo (y ya tenía hecha añicos). La curiosidad me invadió. Abrí todos los sobres. Encontré la carta dirigida a mi hermano de mi misma edad. Pues sí. Los andaluces recibimos una carta diferente de la candidata a la Junta de Andalucía por el PSOE según nuestra edad: segmentación de audiencias.
En Marketing, se segmentan audiencias o público objetivo, es decir, se agrupan según determinados criterios, para enviar un mensaje adecuado a cada grupo. Un mensaje que sea relevante para ese grupo y que ayude a conseguir unos objetivos.
Supongo que es deformación profesional estar rompiendo papeles y observar desde el punto de vista del marketing la campaña electoral. Tengo que añadir que no encontré que el resto de candidatos personalizara su mensaje (algunos enviaron cartas hasta sin firma…).
Al margen de la idoneidad o no de los mensajes (esto no es un artículo ni un blog de política), considero que la segmentación de audiencias es un acierto ya que estamos haciendo llegar a los usuarios (normalmente, expreso esto en términos de clientes o posibles clientes) un mensaje que es importante para ellos porque tiene en cuenta sus características demográficas o preferencias (conocidas a partir de su comportamiento e interacción con nuestra marca), de forma que aumentamos el engagement o compromiso de esos usuarios con nuestra marca. En otras palabras, mostrar que nos preocupamos por los intereses de alguien provoca buena predisposición de esa persona hacia nosotros.
Econsultancy y Sitecore ya pusieron sobre la mesa en Febrero de 2015 la creciente importancia de la personalización del mensaje para los consumidores. ¿Qué pensáis vosotros? ¿Pensáis que Susana Díaz consiguió despertar el compromiso de sus conciudadanos con estos mensajes personalizados?