Quizás, en alguna ocasión, habrás oído o leído este término, el de GPV o Gestor Punto de Venta, y muy probablemente te habrá sonado a Chino Mandarín. De hecho, lo mismo me ocurría a mí antes de irrumpir en este mundo, el de la gestión del punto de venta. Aunque algunos piensan que un GPV tan sólo se dedica a dar vueltas por ahí, yendo de hipermercado en hipermercado o de súper en súper, un GPV es mucho más que eso, y desde mi humilde experiencia quiero compartirlo con todos vosotros.
Un GPV ante todo tiene que ser una persona comunicativa, con don de gentes y empatía y sobre todo, que le apasione la relación con el cliente. Debe ser alguien organizado, planificado, comprometido y tenaz, así como tener iniciativa y proactividad. Todas estas cualidades y aptitudes serán claves para ser un excelente GPV y alcanzar así, los objetivos y metas que se le plantean en su labor diaria.Un buen GPV, conoce a cada uno de sus clientes, sabe cómo tratarlos y cómo debe de actuar con ellos en cada momento. Podemos asimilarlo a una relación de pareja, en la que cada uno debe ir aportando su granito de arena día a día, para llegar a buen puerto y mantener así una relación duradera en el tiempo.
Entre sus principales responsabilidades, está la de ser el ojo que todo lo ve en el punto de venta, de ser para su empresa, el principal observador de cada una de las variables del marketing-mix: producto, distribución, promoción y precio.
En lo referente al producto y la distribución, debe reducir fueras de stock, introducir nuevas referencias en el surtido, y cuidar al máximo el lineal de su producto, mejorando y manteniendo la presencia del mismo en éste, haciéndolo más visible mediante el aumento de facings y/o mejoras de implantación en los planogramas. En resumen, que el producto esté y el cliente lo vea lo más rápido posible para facilitarle así la compra.
En cuanto al precio, esa variable tan importante hoy en día, su tarea es informar sobre los PVP tanto de sus pr oductos, como los de la competencia y evitar en la medida de lo posible la diferenciación de precios.
Y por último, pero no por ello menos importante, hablaremos de la promoción, variable quizás, más ardua de tratar por un GPV ya que implica la participación de muchos agentes como reponedores, responsables de sección y de centros, responsables de grandes cuentas y marcas…que tienen un objetivo común, el de vender y obtener beneficios. Para conseguir la promoción en el punto de venta, el GPV debe emplear sus dotes negociadoras y comunicativas con el fin de impulsar la correcta ejecución de las actividades programadas en las centrales, implementar acciones especiales y proponer segundas localizaciones de producto negociando para ello espacios preferentes y destacados. Como experiencia propia, puedo decir que aunque sean complicadas, quizás sean estas acciones, las que te permitan sentirte más realizada y desarrollada como profesional de este mundo, al conseguir que grandes o pequeñas promociones hagan visible tu producto al cliente y lo impulsen a su compra.
Por todo ello, en el mundo del marketing, el Gestor Punto de Venta juega un papel fundamental, al ser los ojos, las manos y los oídos de las compañías en cada uno de los puntos de venta que tiene asignado un GPV.
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